viernes, 29 de julio de 2022

Elecciones

Elecciones / Electoral / Elector / Elegible / Candidato / Electo / Sistema electoral / Voto / Sufragio / Sufragio directo / Sufragio indirecto / Sufragio activo / Sufragio pasivo / Sufragio restringido / Sufragio censitario / Household suffrage / Manhood suffrage / Sufragio masculino / Sufragio universal / Sufragio femenino / Manipulación electoral / Pucherazo / Burgo podrido / Rotten Borough / Gerrymandering / Sorteo / Random democracy


La toma de decisiones "por pluralidad de votos" no es privativo de la democracia (ni siquiera consustancial a ésta -es argumentable la mayor pureza democrática de un sistema de sorteo, que actualmente se reivindica como random democracy-); pero el concepto de "elecciones libres" se identifica con la democracia representativa o democracia liberal. La ampliación de la base o cuerpo electoral (los electores) y el refinamiento de los procedimientos de la democracia representativa se produjeron durante el siglo XIX (en Inglaterra, por las sucesivas reformas que los partidos mayoritarios realizaban como respuesta al desafío extraparlamentario del movimiento cartista) hasta llegar al concepto de sufragio universal libre, directo y secreto que se fue generalizando en la primera mitad del siglo XX. La aceptación "lampedusiana" de las elecciones implicaba su control por los "poderes fácticos" mediante todo tipo de mecanismos: la restricción del derecho de sufragio (sufragio restringido o censitario) a los más ricos (utilizando los criterios de propiedad o de impuestos) o a los mejor preparados (criterio de educación o alfabetización). La justificación teórica de esta limitación era propia de los conservadores, liberales doctrinarios o moderados ("los votos no hay que contarlos, hay que pesarlos"), y se basaban en un argumento que puede también calificarse de utilitarista o incluso de darwinista social y eugenésico: hay que confiar el gobierno del Estado a los que han demostrado mayor capacidad y que como consecuencia de su éxito están más interesados en el mantenimiento del orden social.

Con la frase ballots or bullets ("papeletas electorales o balas") se hace referencia a la opción entre conceder el derecho de sufragio o enfrentarse a la violencia política o incluso la guerra civil. Semejante es la expresión no justice, no peace ("si no hay justicia, tampoco habrá paz"), o la que sirvió de lema al comienzo de la Revolución americana: no taxation without representation ("ningún impuesto sin representación parlamentaria").

Estamos acostumbrados a ver que el mecanismo de alternancia en el poder son las elecciones. Eso no fue así durante la mayor parte del tiempo en la España contemporánea. En democracia parece lógico que, tras convocarse elecciones por el gobierno saliente, otro partido político las gane, obteniendo una mayoría parlamentaria que le permita formar el nuevo gobierno. Lo que ocurría era lo opuesto: ocupado el gobierno (por un golpe de Estado, una intriga de gabinete o la renuncia pactada del anterior), se convocan elecciones, cuya celebración corresponde controlar al Ministerio de la Gobernación, que utiliza todos los recursos del caciquismo (redes clientelares) para la manipulación electoral (pucherazo). Ganadas las elecciones, el gobierno ya dispone de una mayoría parlamentaria, de la que se sirve hasta que caiga el gobierno (nunca por elecciones, sino por cualquier otra circunstancia). Así ocurrió hasta la crisis del sistema canovista (1898-1923).

Véase también  Conflicto-Decisión, Democracia, Ciudadano-Participación, Abstención, Palabra-Voz y voto, Migración-Destierro-Exilio-Votar con los pies, Clientela-Caciquismo, Gobierno local-Demarcación, Partitocracia, Moderado-Lampedusiano, Feminismo-Sufragismo

https://es.wikipedia.org/wiki/Burgo_podrido 
http://es.wikipedia.org/wiki/Pucherazo
http://estoylocomasquenadie.blogspot.com/2012/12/como-reflejar-la-voluntad-popular-en.html
“Tu madre era una p...”: Las elecciones más sucias jamás celebradas - Cada campaña presidencial asistimos a un artístico rondó en el cual las patadas en la espinilla son el detonante de otras patadas localizadas más arriba. Pero antes fue incluso peor (incluye video en inglés: 1828, the worst election in history: AndrewJackson-John Quincy Adams).


Leer más:  Historia: Tu madre era una p...: Las elecciones más sucias jamás celebradas. Noticias de Alma, Corazón, Vida  http://goo.gl/TdSfOL

Conflicto/Consenso

Conflicto / Consenso / Consenso social / Consenso manufacturado / Disenso / Disidencia / Discrepancia / Oposición / Adversario / Inconformismo / Antisistema / Decisión / Derecho a decidir / Demanda / Presión / Influencia / Lobby / Grupo de presión / Grupo de interés / Propuesta / Opinión / Alternativa / Postura / Equidistancia / Opción / Prioridad / Priorizar / Dirección / Impulso / Control / Docimasia / Confianza / Desconfianza / Responsabilidad / Dimisión / Cese / Nombramiento / Control de daños / Gestión de Riesgo / Toma de decisiones / Colaboración / Competencia / Placer-Dolor / Vicio-Virtud / Hedonismo / Estado de naturaleza


El que no está contra nosotros, está con nosotros. (Marcos 9:40)
El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama. (Lucas 11:23)

La actuación del sistema político puede definirse como la gestión de los conflictos que surgen de forma inevitable en el seno del "cuerpo social" o sociedad (se defina esta como conjunto de individuos o como grupos sometidos a identidad). Por otro lado, el poder se ejerce siempre en términos de consenso, sea este (el consenso) una aceptación generalizada de la legitimidad de aquél (el poder) o un simple reconocimiento de los hechos (se sabe quién manda aunque sólo sea porque se sabe contra quién hay que rebelarse).

La naturaleza competitiva o colaborativa del ser humano ha sido uno de los objetos de debate de la ciencia política, siendo Hobbes y Rousseau extremos opuestos en esa consideración. Para Rousseau el hombre es bueno por naturaleza, y es la sociedad la que le malea y pervierte. Para Hobbes, el estado de naturaleza es la lucha de todos contra todos, y sólo la vida en sociedad consigue proporcionar una cierta seguridad, al establecer el monopolio de la violencia en el poder coactivo del Estado.

En realidad la frase homo homini lupus ("el hombre es un lobo para el hombre") no es original de Hobbes, sino de Plauto, y el inglés la utiliza en contraste con una opuesta de Séneca : To speak impartially, both sayings are very true; That Man to Man is a kind of God; and that Man to Man is an arrant Wolfe. The first is true, if we compare Citizens amongst themselves; and the second, if we compare Cities ("Para hablar imparcialmente, ambos dichos son ciertos; que el hombre es una suerte de Dios para el hombre; y que el hombre es un puro lobo para el hombre. El primero es cierto, si comparamos ciudadanos entre sí; y el segundo, si comparamos ciudades" -Hobbes, De Cive, 1651-). La frase de Séneca es homo, sacra res homini ("el hombre es cosa sagrada para el hombre", en Epistulae morales ad Lucilium, XCV, 33).

La visión positiva de la competencia pertenece al liberalismo de Adam Smith (Teoría de los sentimientos morales, 1759, La riqueza de las naciones 1776), que desde el hedonismo plantea cómo se obtiene el mayor bien general mediante el equilibrio espontáneo de los egoísmos particulares.

La teoría de juegos (dilema del prisionero, dilema del viajero) sigue planteando casos similares.

La diferenciación de las formas de gobierno en la teoría política clásica, desde Platón y Aristóteles hasta Montesquieu, exige distintos principios para cada una de ellas, siendo la virtud el principio de la democracia (mientras que la aristocracia es la moderación y el de la monarquía el honor).
 http://www.alcoberro.info/planes/montesquieu.htm

José Antonio Marina, Hábitos cívicos - Sugiero a la ministra que en vez de defender una asignatura de 'valores cívicos', tenga el valor de proponer una asignatura de 'virtudes cívicas',El Confidendial, 3 de julio de 2018

El hombre no tiene naturaleza, tiene historia (Ortega y Gasset).

Debate nature-nurture (naturaleza o ambiente), artículo Las raíces de la negación, de Juan Ignacio Pérez en Vozpopuli, 17 de agosto de 2017.

El mundo tiene un problema de líderes. Hay demasiados que son ladrones, ineptos o irresponsables. Algunos están locos. Muchos combinan todos estos defectos. Pero también tenemos un problema de seguidores. En todas partes, las democracias están siendo sacudidas por los votos de ciudadanos indolentes, desinformados o de una ingenuidad solo superada por su irresponsabilidad. ... Por supuesto que hay que esforzarse en buscar mejores líderes. Pero también hay que mejorar la calidad de los seguidores. Ciudadanos mal informados o políticamente apáticos los ha habido siempre. Al igual que aquellos que no saben por quién están votando —o contra quién—. Pero ahora las cosas han cambiado y los votos de los indolentes, los desinformados y los confundidos nos amenazan a todos. ... En Internet todos somos vulnerables, pero lo son más quienes por estar muy ocupados o por simple apatía no hacen mayor esfuerzo por comprobar si es verdad lo que dicen los seductores mensajes políticos que les llegan. ... En el polo opuesto están los activistas, cuyas posiciones intransigentes hacen más rígida la política. Quienes están muy seguros de lo que creen encuentran en la Red refugios digitales donde solo interactúan con quienes comparten sus prejuicios y donde solo circula la información que refuerza sus creencias. Más aún, las redes sociales como Twitter, Instagram y otras obligan a usar mensajes muy breves —los famosos 140 caracteres de Twitter, por ejemplo—. Esta brevedad favorece el extremismo, ya que cuanto más corto sea el mensaje, más radical debe ser para que circule mucho. ... Naturalmente, esto favorece a los sectarios y hace más difícil llegar a acuerdos. (Moisés Naím, Peor que los malos líderes son los malos seguidores - Es necesario disminuir la impunidad de quienes socavan nuestras democracias, El País, 22 de octubre de 2017).

Hace falta mucho amor por el intelecto de un hijo, mucha entereza y mucha confianza en su carácter para convertirlo en disidente. Cuando un padre muestra a un hijo la verdad de una biblioteca, está creando un insurgente: un rebelde ante un sistema que, precisamente, desprecia las bibliotecas. Y es curioso considerar cómo han cambiado las cosas en torno a la palabra disidente. Serlo antes era enfrentarse al sistema. Un disidente luchaba contra lo establecido, y por eso era un peligro para el ambiente social cuyas reglas no compartía. Una amenaza. Ahora es al revés: en esta falsa individualidad multiplicada por millones en las redes sociales, donde todo el mundo coincide en considerarse disidente de algo, quien de verdad destaca es el que discute los lugares comunes convertidos hoy en norma social universal, cada vez más sólida entre quienes creen jugar solos en su propio campo, que en realidad es asombrosamente idéntico al del vecino.
Ésa es la paradoja. La sociedad actual, el sistema construido con la suma de millones de teóricas disidencias, asfixia al actual y verdadero disidente. Gracias a las redes sociales, esa represión se ejecuta masiva y en tiempo real. Y así, quien actúa fuera del grupo se ve reprimido e infectado por las analfabetas simplezas con que hoy se construyen las ideologías. Antes, un disidente era un héroe social: alguien a quien se admiraba e imitaba. El sistema establecido le tenía miedo, pues detectaba ahí el virus de la revolución. Hoy, un chico ajeno al sistema sólo es un apestado, un marginal sin futuro. Nadie lo teme, pues ya no hay victoria posible. Únicamente lo desprecian. En el colegio, profesores y compañeros lo aíslan porque si se cuestiona el discurso oficial, si razona, si discute, es en agraz un fascista, un machista, un maltratador, un xenófobo, un asocial. Su hijo o su hija, dicen a los padres, razona con excesiva insolencia, levanta mucho la mano, no se integra en el equipo. No piensa según las reglas impuestas por millones de idiotas que se consideran libres porque creen haber triturado las viejas reglas sin advertir que ellos mismos son la regla nueva. Cuando la disidencia se hace sistema, nadie admira al que todavía la practica. En un mundo donde hasta el más menguado cree disentir de algo, y eso es precisamente lo que iguala y masifica hoy a tanto borrego, el verdadero rebelde, el agitador, no tiene ya ninguna posibilidad. No le queda otra que, fiel a sí mismo, echarse al monte como aquellos antiguos bandoleros que acababan vendiendo cara la piel entre montes y breñas, acosados como lobos por la Guardia Civil. ¿Y qué padre desea eso para sus hijos? (Arturo Pérez-Reverte, No es tiempo de héroes , Patente de corso, XL Semanal, 08/05/2021)

En "identidad" meto una referencia a la "percepción de control"

Véase también Sociedad, Poder, Estado, Violencia, Economía y política, Valores, Sexualidad y poltítica-Virilidad, Historia y política, Fin y medios-Maquiavelo, Ética y política, Colaboracionismo, Psicología y política, Soberanía-Referéndum

El cliente siempre tiene la razón

Clientela / Relaciones patrón-cliente / Patrocinio / Hospitalidad / Hospitium / Devotio ibérica / Séquito / Clientelismo político / Spoil system /  Caciquismo


[El] clientelismo ... es un intercambio extraoficial de servicios y favores —básicamente, prestaciones a cambio de lealtad política— entre el Gobierno y ciertos grupos sociales (formales, como los sindicatos o las asociaciones profesionales, o informales, como segmentos de edad o de niveles de renta). Para asegurar su posición de poder, el patrón toma decisiones y asigna recursos a favor de sus clientes y estos le compensan con apoyo político. En la Roma clásica, de donde viene el término, cada patrón recibía la salutatio matutina de sus protegidos. Wikipedia lo compara, con razón, con la gran escena de El padrino en la que Don Vito, Marlon Brando, va recibiendo las peticiones de favores, y las expresiones de respeto, de los protegidos por la familia. En el Antiguo Régimen, los patronos fueron los terratenientes o sus adláteres —llamados en España caciques— y los clientes eran sus arrendatarios o peones. Hoy día, el clientelismo es típico de los partidos políticos; es un patronazgo menos personal, más colectivo, y emplea recursos públicos. En el caso de los partidos nacionalistas, la recompensa para el cliente es la vinculación con la causa, la integración en el grupo; aunque el que recibe el marchamo de leal también se beneficia con becas, prestaciones o subsidios. (José Álvarez Junco, Nacionalismo y dinero, El País, 4 de septiembre de 2014).

José Álvarez Junco plantea la corrupción como una consecuencia de corporativismo y clientelismo (véase economía y política-corrupción).

Joaquín Costa definió el sistema socio-político de la España de finales del XIX (la época de la Restauración) como Oligarquía y Caciquismo, siendo este término un préstamo del precolombino "cacique", que los conquistadores españoles generalizaron para designar a los "reyes" o "reyezuelos" de las comunidades indígenas americanas (jefaturas tribales, a excepción de los incas y aztecas, que habían desarrollado Estados imperiales).

Un juez censura el "caciquismo" del PSOE y denuncia un "agujero mayor que los ERE" por los "allegados" que enchufó (ABC, 18 de enero de 2020).

Ourense, el último reducto del viejo caciquismo de boina - Después de humillar a Fraga, a Rajoy y a Feijóo, la saga de los Baltar sigue acumulando denuncias y sentencias en su contra sin que pase nada en el PP gallego (Aníbal Malvar, CTX, 16 de octubre de 2019)

[Ya citado en Nacionalismo]: Salvador Sostres, «El irlandés» explicado por Cataluña - Cataluña se parece mucho más a «El irlandés» de Scorsese, que al «Lincoln» de Spielberg, porque si en la segunda la corrupción y la violencia son herramientas para conseguir un noble objetivo con la sincera esperanza de crear un mundo mejor (ABC, 13 de diciembre de 2019)

Pablo Mosquera (latribunadelpaisvasco, 25 de diciembre de 2016, /del-caciquismo-al-populismo)

Adela Cortina, Rescatar la palabra - La posverdad ya no es una lacra a extirpar sino un instrumento para alcanzar objetivos individuales y grupales. Concebir la política como la guerra entre enemigos es lo más contrario a la busca del bien común... atendiendo a la aspiración a la justicia, no confundir el auténtico diálogo, que es el que intenta llegar a decisiones que satisfagan los intereses legítimos de todos los afectados por ellas, con las negociaciones bilaterales con aquellos que tienen capacidad de negociar en su propio provecho. Tener presentes a los afectados por las decisiones es lo justo y lo conveniente, es el camino propio de la socialdemocracia, capaz de crear cohesión social. La agregación de intereses de quienes demandan privilegios es la vetusta práctica del clientelismo, un camino seguido bien a menudo por el individualismo neoliberal. (El País, 22 de enero de 2020)

Véase también Función pública, Jacksonianos, Casa, Pucherazo, Populismo
http://es.wikipedia.org/wiki/Cliente_(Roma_antigua)
http://es.wikipedia.org/wiki/Hospitium
https://es.wikipedia.org/wiki/Spoil_system

Cuando oigo esta palabra, echo mano a la pistola

 Cultura / Aculturación


"... es un capricho, sádico e innecesario. Solo para calmar instintos asesinos. Mi opinión." (Sergio García Torres, director general de derechos de los animales, citado en Jara y Sedal). Se refiere a la caza, pero podría referirse a los toros, al deporte, a la religión, a la escuela... Perfectamente puede referirse a la cultura.

Cultura es lo opuesto a naturaleza. Es lo que se cultiva en vez de dejar que siga su curso natural (por ejemplo, la agri-cultura es el cultivo del agro, por oposición a la mera recolección de lo que surja espontáneamente, como las setas en un bosque). La evolución cultural supera las posibilidades de la evolución biológica y permite a los grupos humanos mantener y transformar su identidad. La cultura material está formada por los productos, el resto (puede denominarse "cultura espiritual" si no se tiene miedo al adjetivo) se comunica mediante el lenguaje (oral, corporal o escrito), los usos y costumbres, las instituciones... y constituye la ideología. A pesar de que a veces se usan de forma indistinta, conviente diferenciarlo del concepto "civilización".

La aculturación es la imposición de la cultura de un grupo en otro. No es necesaria la sustitución física del grupo aculturado, aunque se utilizan expresiones muy violentas, como "genocidio cultural" o "etnocidio". Es muy posible que en muchos casos lo que se produzca sean verdaderos "etnosuicidios": el abandono de una lengua y una cultura que no se consideran valiosas por sus poseedores, en beneficio de las más prestigiosas. Así se produjo la helenización, la romanización, la arabización...

La consideración de que los rasgos diferenciales de cada cultura  no son superiores ni inferiores a los de otras se conoce como "relativismo cultural".

Cuando oigo la palabra "cultura", echo mano a la pistola (apócrifamente atribuida a Göring, es de Schlageter de Hanns Johs, una obra teatral nazi de 1933)

Cultura, no valores: todos los presidentes estadounidenses posteriores a la Segunda Guerra Mundial, incluso Richard Nixon, han considerado que su función era la de defender determinados valores universales. A los críticos con EEUU les ha resultado fácil señalar incoherencias, e hipocresía ocasional, en la defensa de la democracia y de los derechos humanos por parte de Washington. Pero el compromiso verbal era una parte esencial de la estrategia estadounidense.Trump, en cambio, ha mostrado muy poco interés en promover la democracia o los derechos humanos. Su concepción de Occidente no se basa en derechos compartidos, sino en la cultura o, incluso, la raza. Esto lleva a su preocupación por controlar la inmigración, que cree que es la verdadera amenaza para Occidente. Reiteró esta visión en su actual viaje a Europa, exponiendo que la inmigración es "muy mala para Europa, está cambiando la cultura". Gideon Rachman, La doctrina Trump: coherente, radical y equivocada (Financial Times-Expansión, 18 de julio de 2018)

Estamos en un tiempo en el que las cuestiones relacionadas con las identidades, las culturas nacionales y la soberanía están en auge. En este contexto, Pew Research ha preguntado a los ciudadanos europeos quiénes consideran que su cultura es superior a otras. En Europa occidental los más orgullosos son los noruegos (58%), seguidos de italianos (47%) y alemanes (45%). Algo más abajo están franceses (36%) y holandeses (31%). Cierran la lista suecos (26%) y españoles (20%). A destacar las diferencias entre noruegos y suecos. Sin embargo es en el Este donde se encuentran los pueblos más convencidos de su superioridad. Destacan muy por encima los griegos (89%), georgianos (85%) y armenios (84%). A cierta distancia, pero con valores muy superiores a los occidentales, se encuentran los rusos (69%), búlgaros (69%), rumanos (66%) y serbios (65%). Les siguen polacos y checos (ambos 55%). Sorprendentemente húngaros (46%) y croatas (44%) están por debajo de algunos valores occidentales, como el de los italianos (47%). También destacan los valores “más occidentales” de los pueblos bálticos: letones (38%), lituanos (37%) y estonios (23%). Es indudable que afectan tanto circunstancias históricas, como políticas y culturales. Pero cabe destacar que son los países de tradición ortodoxa los que más consideran su cultura como superior, frente a la Europa de tradición protestante o católica. (Electomanía, Los griegos perciben su cultura como superior. Los españoles, menos, 18 de julio de 2018).

https://en.wikipedia.org/wiki/Culture#Early_modern_discourses (Kültur como forma colectiva de Bildung -Herder, por oposición a Kant-). La antítesis Kultur y Zivilisation en Norbert Elias y Thomas Mann

La acepción moderna más frecuente del término “cultural” es la designación de todo aquello que tiene valor normativo dentro de un determinado grupo social. El término se introdujo en la mayoría de las lenguas europeas a través del alemán (Kultur), aunque sus orígenes lingilísticos se encuentran en el ámbito de las prácticas religiosas —el término latino cultus— y en el de la agricultura —el francés culture—. ... en un tiempo “Kultur” competía dentro de un trío del que formaba partejunto a Civilization y Bildung. Los tres implicaban un cierto grado de excelencia social, política, artística o moral estimado en términos históricos. Ser una persona “culta” implicaba (como aún hoy lo hace para muchas personas) el conocimiento de las artes y de las ciencias y la capacidad de manejar con habilidad los usos sociales, ser “educado”, “civil”, etc. Hacia finales del siglo XIX el sentido de los términos Civilization y Kultur se había escindido, mientras que Bildung no había llegado a adquirir ningún significado de carácter general más allá de la lengua alemana. Durante la mayor parte del siglo XVIII, sin embargo, civilización y cultura se consideraron inseparables. Existían diferencias de matiz entre los dos términos, pero ambos eran, esencialmente, lo opuesto a “barbarie”. (Hasta mediados del siglo XIX, gran parte de lo que hoy llamaríamos “Cultura” se asimilaba a una categoría diferente: lo que en francés se denominaba “l’esprit” o más directamente “las costumbres”...) Una persona culta o civilizada era aquella que era amable, educada, refinada. Pero, para serlo, la persona debía ser también “ilustrada”, y la Ilustración (Auflkarung) era, según la famosa definición kantiana, el “valor de conocer tu propia razón”. ... “Cultura es la producción en un ser racional de una aptitud destinada a cualquier fin de su propia elección”, escribía Kant, “y, en consecuencia, de ser en su libertad”. “Civilización” se asociaba de un modo muy similar con este tipo de emancipación moral e intelectual. “Emancipación” escribía Diderot en 1780, o lo que es lo mismo con otro nombre, civilización, es una tarea larga y ardua” (Anthony Pagden, Cultura y Civilización: Reflexiones sobre la historia de las ciencias humanas, Revista de Antropología Social, 1995)

Juande González, El verdadero combate de la cultura (respuesta a Ernest Urtasun), Vozpopuli, 10/12/2023: 
“Tu culo, como mi parálisis, forma ya parte de la cultura de este país”, le dice Paco Rabal a Loles León en Átame (1989). De esta forma, Pedro Almodóvar se burlaba de un tópico muy de la época que reducía la cultura a un sello de prestigio. Con frecuencia, aparecían portavoces que reclamaban para el voleibol, el punto de cruz o las sardinas en lata, los galones de lo cultural. Por líneas de guion como ésta, con esa inclinación irónica tan de la época, Almodóvar forma ya parte de la cultura de este país. La interpreté entonces y la interpreto ahora como que no hay nada menos interesante para un creador que definir los límites de la cultura.

Ernest Urtasun, nuevo ministro de la cosa, ha afirmado con tono fundacional que la cultura está para combatir a la ultraderecha. El carácter instrumental de esta definición impide entender las pinturas de Altamira y la Capilla Sixtina. Además, como ha señalado Alberto Olmos, supone que, una vez alcanzado el objetivo, el instrumento dejará de ser necesario. Naturalmente, esa paradoja es la que ilumina lo que realmente quiere decir Urtasun: que la cultura está para mantener viva a la ultraderecha.

Escribo estas líneas bajo el impacto de la crítica que Luis Martínez ha publicado en El Mundo acerca de Sobre todo de noche, película de ficción cuya trama parte del caso de un bebé robado y entregado a otra familia durante el franquismo. “Poética y política”, la califica Martínez. “Último milagro del cine español”, añade. Milagroso es que en sus quinientas palabras no haya encontrado hueco para señalar que lo de los bebés robados es un bulo, algo que advirtió hace años Arcadi Espada y que ya cuenta, incluso, con la credencial progresista que concede El País. Poética no lo sé, porque no la he visto, pero política seguro, en su sentido más arrastrado: el de la propaganda. La ultraderecha no ha muerto, sigue entre nosotros, el ministerio de Cultura aprueba este mensaje.

En realidad, Urtasun no funda nada, ningún dogmático lo hace, salvo el primero. Desde hace tiempo existe un sello del ministerio de Cultura que bendice a algunas películas como “especialmente recomendadas para el fomento de la igualdad de género”. No le niego la utilidad, a mí me ayuda a elegir qué película ver: si tiene el sello, la descarto. No parece probable que Átame, que cuenta la historia de amor y odio entre una mujer y un hombre que la secuestra y agrede, pudiera obtener hoy el salvoconducto feminista. Irónicamente, cuando se estrenó en Estados Unidos, el comité correspondiente clasificó la película en la categoría X, lo que motivó en España críticas al puritanismo yanqui.

No se trata sólo de que el puritanismo haya cambiado de bando, sino de que el supuesto carácter combativo de la cultura es ya una verdad inerte, desactivada, fósil. La película combativa de hoy sería la que indagara sobre el cataclismo vital que tiene que sacudir a una persona para convencerse de que sus padres adoptivos pagaron por arrancarla de los brazos de su madre biológica; sobre unos medios de comunicación e instituciones que proporcionaron un relato político; y sobre cómo lidiar ahora con el desengaño. El problema es que el sistema cultural español no es capaz de alumbrar una obra como ésta -salvo, quizás, en los márgenes a los que antes se relegaba a las películas X- porque está muy ocupado manteniendo viva a la ultraderecha.

En realidad, si la cultura es un combate, no debería comparecer en batallas menores. Lo que hay que pedirle al artista es una creatividad técnica que le permita ampliar las posibilidades de su disciplina y una mirada que le lleve a descubrir lo que nadie ve. José Jiménez Lozano tiene un poema en el que da la vuelta al dicho “mala hierba nunca muere”. Si nunca muere, seguirá creciendo allí donde estemos enterrados cuando ya nadie cuide nuestras tumbas, recordando al mundo que un día estuvimos vivos: ¡Qué tarde vas a comprender que este / cardo, y magarza y los yerbajos, / el llantén, la grama, las malvas, / el saúco son el amor eterno! El combate de la cultura es contra la fealdad, contra la mentira y contra la muerte. O, puesto en positivo, a favor de la belleza, la verdad y la vida. Ponle un sello a esto, Urtasun. 

Véase también Identidad, Civilización, Filología y política, Educación y política, Roma-Romanización, Grecia-Helenización, Religión y política (cristianismo)-Cristianización, Religión y política (islam)-Islamización, Imperialismo, Valores