sábado, 30 de julio de 2022

Poder

Poder / Potestad / Poderes del Estado / División de poderes / Separación de poderes / Dominio / Dominación / Hegemonía / Empoderamiento / Poder duro / Poder blando / Poder fáctico / Autoridad / Legitimidad / Legitimación




El poder es la capacidad de convertir los deseos en realidad, mediante el ejercicio de la voluntad que se impone sobre la realidad contraria, transformándola. Todo poder conlleva responsabilidad (un gran poder conlleva una gran responsabilidad -Spiderman-), en cualquier sentido que se ejerce, y tanto por acción como por omisión (tanto si se tiene tal capacidad y se ejerce como si, teniéndola, no se ejerce). Hay poderes legítimos (los que se "ejercen" con legitimidad, por una autoridad "de derecho") y poderes ilegítimos (los que se "detentan", por un usurpador o tirano -que sólo es autoridad "de hecho"). La legitimidad, según Max Weber, pude tener distintos orígenes (la tradición -legitimidad "dinástica"-, el carisma y la "razón" -legitimidad racional o "democrática"-), pero en todos los casos supone un consenso, una aceptación general (sin aceptación, no hay legitimidad). No hay que confundir la legitimidad con la legalidad o la justicia (que entre sí pueden entenderse como cosas diferentes -para los iusnaturalistas- o como cosas idénticas -para los iuspositivistas-, pero que, en ambos casos, en realidad no dependen del consenso, sino que están previamente establecidas, a no ser que cambiemos las leyes -cosa que no se puede hacer "a posteriori", vulnerando el Estado de Derecho- o decidamos por mayoría cuál es la "moral natural" -cosa absurda, únicamente podríamos aproximarnos a una moral particular generalizada, más compartida o más "de moda"-). [Véase Jesús Palomar, Legitimidad, legalidad y justicia, 24 de julio de 2015)]

Tales poderes "de hecho" o poderes fácticos no necesitan haberse impuesto por un golpe de Estado, sino que, en muchos casos, están ejerciendo su poder de forma discreta, la llamada "violencia estructural". Tradicionalmente se consideran poderes fácticos al ejército (que, sin necesidad de dar un golpe de Estado, simplemente con el "ruido de sables" puede conseguir alterar las decisiones políticas), la iglesia (que puede conseguir idénticos resultados con el discreto "fru-frú" o "ruido de sotanas" o con un sonoro "baculazo") y el capital.

Autoridad es el poder legítimo. La autoridad se ejerce, no se ostenta ni se detenta.

(Apunte: no deben utilizarse indebidamente los verbos "ostentar" -DRAE:  mostrar o hacer patente algo; hacer gala de grandeza, lucimiento y boato- y "detentar" -DRAE: retener y ejercer ilegítimamente algún poder o cargo público ... lo que manifiestamente no le pertenece-)

El concepto de hegemonía (de hegemón -líder-) se dice tanto de la de las clases dominantes sobre las demás (en el interior de una sociedad -Gramsci, desde una perspectiva marxista, teorizó sobre el papel la hegemonía tenía entre otros aspectos de las relaciones sociales, y cómo podía imponerse la hegemonía ideológica de las clases emergentes como mecanismo en la lucha de clases-) como de una potencia internacional sobre las demás (en la "sociedad internacional"). Mediante mecanismos ideológicos, y en todos los ámbitos, se impone la cultura dominante y el pensamiento hegemónico (pensamiento único, lo políticamente correcto) sobre cualquier otra alternativa.

La teoría política diseñó el concepto de separación de poderes o equilibrio de poderes, con precedentes al menos desde Polibio (que consideraba el modelo romano como una síntesis de las tres formas clásicas de gobierno, al repartirlo entre cónsules, comicios y senado). La formulación moderna se debe a Locke y sobre todo a Montesquieu, que la conciben como una garantía de la libertad individual. La división tripartita de las funciones del poder es una de las tríadas indoeuropeas, con una profunda base antropológica. Esos tres poderes del Estado son el legislativo (el poder de establecer y modificar las leyes -"el parlamento inglés todo lo puede hacer, menos de un hombre una mujer"-), el ejecutivo (el poder de hacer cumplir las leyes, o sea, el poder coactivo, el que actúa, el que administra -"al rey la hacienda y la vida se ha de dar"-) y el judicial (el poder de interpretar y aplicar las leyes -a la vez de forma "ciega" e "igual para todos", dando "a cada uno lo suyo" o "a cada cual según sus necesidades"-). En la sociedad industrial (y sociedad de consumo de masas), la importancia que adquirió la formación de la opinión pública por la prensa (y los medios de comunicación de masas) terminó por definirla como un "cuarto poder", que encarna no una capacidad de coacción como ocurre con los poderes del Estado, sino un derecho (el derecho a la información) y dos libertades (la libertad de expresión y la libertad de prensa). Más recientemente se ha hablado de "quinto poder", aunque referido a distintas realidades: la capacidad del gobierno de intervenir en la economía y el poder emergente de los fenómenos sociales vinculados a internet.
http://es.wikipedia.org/wiki/Quinto_poder

Seguramente no queremos ni podemos renunciar a la cantidad de sensores y sistemas de medida con los cuales se elabora el universo de datos en el que vivimos y del que nos servimos para innumerables tareas. Para las generaciones de los nativos digitales, la práctica de dejar huellas en la Red no es vista como una anomalía sino como una ampliación de la propia persona. Lo interesante del asunto es que esos datos no son huellas que hayamos dejado involuntariamente. Foucault decía que el poder lo tienen quienes observan y callan, no aquellos que dan información acerca de sí mismos. Pero precisamente esta es una de las conductas más habituales en la Red, en la que informamos acerca de nuestra localización, nuestras opiniones y costumbres. Puede que ciertos objetivos como la autodeterminación informativa o la protección de la esfera privada, tal como los hemos entendido hasta ahora, se hayan convertido en figuras anacrónicas, en la medida en que no permiten formular denuncias contra el Estado o contra terceros, desde el momento en que hemos configurado ciertas formas de vida sincronizadas en la nube e Internet que, más que un lugar de descargas, es un espacio en el que colgamos información. ... Con toda revolución informativa se modifican las condiciones de lo que podemos considerar público y privado, que tienen que volver a ser pensados, junto con lo propio y lo común, la intimidad y los derechos. En la sociedad de las redes necesitamos nuevas formas para institucionalizar las relaciones entre lo público y lo privado. Tenemos que hacerlo porque donde antes había causalidad ahora hay correlación; en vez de espionaje hablamos de monitorización; hemos sustituido los delitos y las enfermedades por las propensiones; lo probable ha sido reemplazado por lo probabilístico. Si la imprenta obligó a la humanidad a pensar en la protección de la intimidad, de la libre expresión o los derechos de autor, el mundo de los big data nos vuelve a poner esas tareas en condiciones no menos difíciles. (Daniel Innerarty, La reinvención de lo privado, 4 de julio de 2014).´

Byung-Chun Han (¿Por qué hoy no es posible la revolución? - Para descifrar la alta estabilidad del sistema de dominación liberal hay que entender cómo funcionan los actuales mecanismos de poder. El comunismo como mercancía es el fin de la revolución, El País, 4 de octubre de 2014) .... La posición del comunista revolucionario me pareció muy ingenua y alejada de la realidad. ... Para explicar esto es necesario una comprensión adecuada de cómo funcionan hoy el poder y la dominación. ... El sistema de dominación neoliberal está estructurado de una forma totalmente distinta. El poder estabilizador del sistema ya no es represor, sino seductor, es decir, cautivador. Ya no es tan visible como en el régimen disciplinario. No hay un oponente, un enemigo que oprime la libertad ante el que fuera posible la resistencia. ... El neoliberalismo convierte al trabajador oprimido en empresario, en empleador de sí mismo. Hoy cada uno es un trabajador que se explota a sí mismo en su propia empresa. Cada uno es amo y esclavo en una persona. También la lucha de clases se convierte en una lucha interna consigo mismo: el que fracasa se culpa a sí mismo y se avergüenza. Uno se cuestiona a sí mismo, no a la sociedad. ... la técnica de poder que se preocupa de que los hombres por sí mismos se sometan al entramado de dominación. Su particular eficiencia reside en que no funciona a través de la prohibición y la sustracción, sino a través del deleite y la realización. En lugar de generar hombres obedientes, pretende hacerlos dependientes. ... Es importante distinguir entre el poder que impone y el que estabiliza. El poder estabilizador adquiere hoy una forma amable, smart, y así se hace invisible e inatacable. El sujeto sometido no es ni siquiera consciente de su sometimiento. Se cree libre. Esta técnica de dominación neutraliza la resistencia de una forma muy efectiva. La dominación que somete y ataca la libertad no es estable. Por ello el régimen neoliberal es tan estable, se inmuniza contra toda resistencia porque hace uso de la libertad, en lugar de someterla. La opresión de la libertad genera de inmediato resistencia. En cambio, no sucede así con la explotación con la libertad. .... Constantemente se evocan el sharing (compartir) y la comunidad. La economía del sharing ha de suceder a la economía de la propiedad y la posesión.  ... Es un error pensar que la economía del compartir, como afirma Jeremy Rifkin en su libro más reciente (La sociedad del coste marginal nulo), anuncia el fin del capitalismo, una sociedad global, con orientación comunitaria, en la que compartir tiene más valor que poseer. Todo lo contrario: la economía del compartir conduce en última instancia a la comercialización total de la vida.

Jorge del Palacio, 'Operación Gatopardo': así manipularon los comunistas la obra maestra de Lampedusa, El Mundo, 25 de agosto de 2018


Véase también Fuerza, Violencia, Voluntad, Potencia, Sexualidad y poltítica-Virilidad, Conflicto-Control-Responsabilidad, Tiranía, Jefe, Golpe de Estado, Militarismo, Religión y política (cristianismo)-Poderes universales, Economía y política, Sexualidad y política-Mujer y política, Guerra, Cultura, Ciudadano-Insumisión-Sumisión, Ideología-Pensamiento único, Estrategia y táctica, Partitocracia,Vida-Initimidad-Privacidad, Soberanía-Soberanismo, Democracia, AutoritarismoCarisma, Justicia-Ley-Legalidad, Institución, Estado-Establishment

http://estoylocomasquenadie.blogspot.com.es/2013/09/power-to-people.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Poder_f%C3%A1ctico


Poder arbitral > Arbitral

Poder ejecutivo > Política-Gobierno

Poder judicial > Justicia

Poder legislativo > Justicia-Ley

Poder popular > Populismo-Demagogia

Poderes del Estado > Poder-Separación de poderes

Poderes universales > Religión y política (cristianismo)

Monarquía

Monarquía / Rey / Primun inter pares / Monarquía electiva / Monarquía hereditaria / Sucesión / Dinastía / Interregno / Regencia / Monarquía feudal / Monarquía autoritaria / Monarquía absoluta / Monarquía constitucional / Monarquía parlamentaria / Monarquía popular

Sello de Alarico II rex gothorum

El ejercicio del poder por "uno" (mono). Inicialmente fue una institución temporal y electiva, el jefe o caudillo militar elegido por la asamblea de guerreros libres, iguales en condición, como un primum inter pares ("primero entre iguales"). Cuando se institucionalizó (monarquía romana, monarquías germánicas) ya era habitual que el rex o kuningaz hubiera establecido su jefatura de forma vitalicia. El paso lógico siguiente es el establecimiento de la costumbre de elegir al hijo del rey como nuevo rey, primero por asociación al trono aún en vida (no necesariamente a un hijo biológico, puede establecerse la filiación por adopción), y después como reconocimiento de la herencia (heredero al trono), lo que establece una dinastía, permitiendo incluso el  reinado de las mujeres (en algunos casos -la Ley Sálica, de los francos salios, impedía incluso que las mujeres transmitieran el derecho a reinar). La fórmula ritual usada en Francia e Inglaterra era gritar "el rey ha muerto, viva el rey", evitando los peligrosos "interregnos". Cuando un rey no podía gobernar por sí mismo, por ser menor de edad o incapaz, se nombraba un regente que lo hacía en su nombre (habitualmente era el que en otro caso habría ejercido la tutoría legal: el cónyuge superviviente). Cuando un rey no deseaba gobernar por sí mismo, se valía de un "valido" o "favorito". Incluso cuando deseaba gobernar por sí mismo, en cualquier decisión debía contar con o utilizar a la nobleza áulica o Corte, de la que surgirá una institución colegiada: el  Aula Regis, de la que derivan los Consejos (múltiples en la Monarquía Hispánica -polisinodial-) y los Parlamentos (Cortes en España). Cuanto más crezca el poder de la monarquía, más crecerá la burocracia de oidores (jueces), fiscales, letrados, secretarios, escribanos, covachuelistas, etc. De todo ese complejo institución nacieron los gobiernos modernos.
El Imperio romano fue una monarquía de hecho, pero se evitó la denominación rex (rey) por la negativa imagen de la monarquía en la historia inicial de Roma, que estableció sus instituciones como Res Publica ("república", "cosa pública" o "lo que a todos incumbe"), y evitaba las magistraturas singulares, prefiriendo las dobles (consulado), excepto en casos excepcionales (dictadura). Cuando un "hombre fuerte" destacaba por su poder e influencia (Mario, Sila, Pompeyo, César), se consideraba lógico que otros le disputaran el poder, estableciéndose facciones y guerras civiles. En ciertas ocasiones se procuraron pactos entre tres "hombres fuertes" (triunviratos). Al establecerse el Imperio, Octavio Augusto eligió titularse como Princeps ("príncipe"), lo que significaba ser el primero en hablar ante el Senado. En el Bajo Imperio se utilizó el título de Dominus ("señor").
Ardashir I (fundador de la dinastía Sassándida)
recibe las insignias de la realeza
de la mano de Darío (dinastía Aqueménida)

La sacralización de la monarquía medieval tiene al menos dos orígenes combinados: la continuidad con los rasgos sacralizados del emperador romano y la identificación de la institución con la figura de los reyes de Israel del Antiguo Testamento, que se ungían (la iglesia tuvo mucho que ver con la fundación de muchas monarquías medievales, a través del bautismo o conversión de reyes). De hecho, también el emperador romano sumaba muchos orígenes sacralizados, entre los que estaba el cargo de pontifex maximum (que no heredaron los reyes, sino el Papa -junto con la doble tiara, que provenía del tocado de los faraones, reyes del Alto y el Bajo Egipto-) y la divinización propia del basileus helenístico (ante el que se realizaba la proskinesis).
El título que utilizaban los emperadores persas era el de Shāhanshāh ("rey de reyes").

El establecimiento de una nobleza hereditaria imitó las reglas sucesorias de la monarquía, y con ella sus propias dinastías. La consideración de los más altos nobles como "pares" del rey (en España, "grandes", considerados sus "primos") hacía recordar su condición de "primus inter pares", y establecía una casta aristocrática que se terminó por convertir en transnacional a través de las alianzas matrimoniales. El matrimonio sólo es concebible entre familias de igual condición, por lo que los reyes que pretendían distinguirse de sus pueblos sólo podían casarse (y casar a sus hijos) con "príncipes de sangre real", estableciéndose así una red de alianzas matrimoniales por toda Europa. En cambio, en el antiguo Egipto, al considerar cualquier otra sangre indigna del trono, incluída la de los reyes de otros reinos, a los que no se consideraba iguales, los faraones debían casarse con sus propias hermanas.

La disolución del imperio carolingio dio origen a la monarquía feudal de la Plena Edad Media, en la que los reyes encabezaban pirámides vasalláticas  escindidas de la inicial, en cuyo vértice estaba el Emperador. Los intentos de reconstruir el prestigio imperial chocaron con la oposición del papado, y de esa situación derivó por un lado la atomización de las entidades políticas en Alemania e Italia y el fortalecimiento de las monarquías feudales de Europa occidental, que terminaron por convertirse en las monarquías autoritarias del Antiguo Régimen, y construir Estados-nación (Francia, Inglaterra, Portugal, España). Las monarquías, por un lado se beneficiaron de la ideología centralizadora derivada de la recepción del Derecho Romano, y por otro lado se beneficiaron de su especial relación con las estructuras eclesiásticas y sus sucesivas "reformas", de la que la "luterana" sólo fue una versión (también hubo otras dirigidas directamente por una monarquía -"cisneriana", "anglicana", "galicana"- y otras protagonizadas por "santos" que fundaron o reformaron órdenes religiosas preexistentes -"ignaciana", "teresiana"-). Algunas monarquías directamente deben su fundación su envasallamiento con el papado, que les libera de su vasallaje con el emperador o con el rey al que anteriormente estaban vinculados (así ocurrió con Portugal). La intitulación de las monarquías tuvo una importante función simbólica (Cristianísmo -Francia, la fille ainée "hija mayor" de la Iglesia-, Católico -España-, Fidelísimo -Portugal-, Defensor Fidei "defensor de la fe" -Inglaterra-).

Monarquía absoluta... Véase Absolutismo, Antiguo Régimen...

Monarquía limitadas lo son tanto la monarquía parlamentaria como la monarquía constitucional. La francesa del periodo de Luis Felipe (entre 1830 y 1848) y la belga (desde 1830) suele denominarse "monarquía popular" (el título es "Rey de los franceses" o "de los belgas" y no "de Francia" o "de Bélgica"). La forma había tenido algunos precedentes: el del breve periodo constitucional de Luis XVI  y el título imperial de Napoleón ("Emperador de los franceses"), además de alguno más remoto.

En la práctica, desde la segunda mitad del siglo XX (a partir de la Segunda Guerra Mundial) son indistinguibles la constitucional y la parlamentaria entre sí y con el concepto de monarquía democrática, oxímoron que se cumple en las monarquías europeas (Reino Unido, países escandinavos y Benelux, más España desde 1978) y en Japón (algunas monarquías islámicas y asiáticas se han procurado "democratizar", en distinto grado). No obstante, sigue manteniéndose la diferenciación terminológica: Las actuales monarquías europeas, entre ellas la española, no son como las existentes antes de la Segunda Guerra Mundial y, sobre todo, antes de la primera: hoy son monarquías parlamentarias, entonces eran monarquías constitucionales. La distinción es sustancial. En las constitucionales el rey tenía poderes legislativos, ejecutivos, judiciales e incluso constituyentes. En las parlamentarias, no tiene poderes (Francesc de Carreras, citado en Durán y otros: La forma de gobierno: Monarquía parlamentaria, donde también se aclara: En rigor, por ‘monarquía constitucional’ se conoce la forma del primer Estado constitucional, surgido tras las grandes revoluciones burguesas y en el que aún no podía hablarse estrictamente de Estado democrático. Entonces, la soberanía se residenciaba en un ente abstracto, la nación (se hablaba, por tanto, de soberanía nacional), y las funciones en que se expresa propiamente el poder político eran desempeñadas por el Rey (el poder ejecutivo, principal, aunque no únicamente, a través de sus ministros) y por el Parlamento (de composición aún no democrática, pues el sufragio se encontraba restringido por razones censitarias y capacitarias, a quien correspondía el poder legislativo).

Kim Il-sung y Kim Jon-il

La prolongación en el ejercicio del poder en las dictaduras comunistas, donde se establece el llamado "culto a la personalidad", llevó a la formación de "dinastías comunistas", de la que la que el caso más acabado es Corea del Norte.

https://es.wikipedia.org/wiki/Monarqu%C3%ADa
http://es.wikipedia.org/wiki/Fundaci%C3%B3n_nacional

Ramón Pérez-Maura, La monarquía, cinco razones por las que es un sistema mejor - Frente a los argumentos simplistas que presentan la república como un sistema más evolucionado que la monarquía, la Corona representa un sistema más moderno y más justo

Véase también Reino, Valido, Magistrado, Dictadura, Hombre, Princeps, Imperio, República, Título, Nobleza, Comunismo
http://es.wikipedia.org/wiki/Dinast%C3%ADa

Fascismo

Fascismo / Nazismo / Fascismo clerical

Ideología de extrema derecha, antidemocrática y violenta, que lleva al extremo el nacionalismo y la concepción organicista de pueblo (volk) y Estado, y propone entregar el poder sin límites a un líder carismático (DuceFührer, Caudillo, Poglavnik...) Se presenta como movimiento apolítico, es decir, como negación de la política planteada como espacio público o sociedad civil  (por tanto, negando la concepción de la política del liberalismo político); también niega los conceptos de sociedad dividida en clases (es decir, negando la concepción de la sociedad del socialismo -y del conservadurismo-) y de economía como mercado libre de agentes que persigan su interés individual (es decir, negando la concepción de la economía del liberalismo económico).

Históricamente apareció en la Europa de Entreguerras (1918-1939) como una respuesta de "miedo a la libertad" (expresión acuñada por Erich Fromm) especialmente entre las clases medias, temerosas de la posibilidad de una revolución comunista; aunque sus organizaciones y líderes surgieron como escisiones del movimiento obrero. El primer ejemplo de movimiento político y régimen fascista es la Italia de Mussolini, que llegó al poder a partir de la Marcha Sobre Roma (1922). Le siguieron la Alemania de Hitler (1933), con la denominación de "nacional-socialismo" o "nazismo", y la España de Franco (Guerra Civil 1936-1939); con las denominación "nacional-sindicalismo" o "falangismo". Previamente y durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) aparecieron en cada país movimientos filo-fascistas o filo-nazis con distintas características, que en el caso de los paises aliados del Eje u ocupados por Alemania formaron regímenes "colaboracionistas" (Francia de Vichy, rexismo belga, ustacha croata, Cruz Flechada húngara, Nasjonal Samling noruego).

El uso peyorativo del término "fascista" fue simultáneo a su aparición en la Italia de los años veinte (la izquierda lo aplicaba a cualquier clase de derecha, fuera conservadora o liberal, y los comunistas lo aplicaban de forma extensiva a cualquiera, por ejemplo a los socialistas -que llamaban "social-fascistas"-), y su demonización (así como su carácter ultra-nacionalista) produjo cierta resistencia a la adopción por parte de los fascismos nacionales distintos del italiano. La adopción del término no solía hacerse sin resistencia, y muy a menudo como reacción a acusaciones previas; un ejemplo claro es el último discurso de Calvo Sotelo (un ultra-conservador) en las Cortes (16 de junio de 1936): "si ser.... [tal, tal y tal]... es ser fascista, entonces soy fascista":
Frente a ese Estado estéril, yo levanto el concepto del Estado integrador, que administre la justicia económica y que pueda decir con plena autoridad: no más huelgas, no más lock outs, no más intereses usurarios, no más fórmulas financieras de capitalismo abusivo, no más salarios de hambre, no más salarios políticos no ganados con un rendimiento afortunado, no más libertad anárquica, no más destrucción criminal contra la producción, que la producción nacional está por encima de todas las clases, de todos los partidos y de todos los intereses. (Aplausos). A este estado le llaman muchos Estado Fascista, pues si ese es el Estado Fascista, yo, que participo de la idea de ese estado, yo, que creo en él, me declaro fascista. (Rumores y exclamaciones. Un diputado: ¡Vaya una novedad!).

En otros casos, la conciencia de ser fascista era explicitada sin problemas (Giménez Caballero). El abuso en la utilización peyorativa del término "fascista", y la consecuencia de tal generalización (la banalización), fueron señalados por George Orwell en los años cuarenta. En la actualidad parece estarse renovando el interés ideológico en la calificación como fascismo del "neoconservadurismo" y del "neoliberalismo" por parte de los ámbitos autodenominados como "antifascistas":

Desde los años 90, analistas como Boaventura de Sousa Santos vienen denunciando la presencia creciente de un nuevo tipo de fascismo a consecuencia de la ofensiva neoliberal. Consiste en “una serie de procesos sociales a través de los que grandes segmentos de la población son expulsados o mantenidos irreversiblemente fuera de cualquier tipo de contrato social”. A diferencia del fascismo político de 1930 y 1940, el fascismo social no implanta un régimen de partido único que sacrifica la democracia representativa. Más bien se apropia de ella (e incluso la promueve) para chantajearla, comprarla, vaciarla de contenido y subordinarla a los dictados del capitalismo. Hablar metafóricamente de fascismo no es exagerado. Vivimos en “democracias” que, en lugar de construirse sobre la igualdad y legitimidad, lo hacen a costa de la igualdad y la legitimidad. En el contexto actual de radicalización neoliberal, el contrato social y democrático está roto. La democracia representativa funciona en una parte significativa del mundo como cadena de transmisión de valores antisociales (corrupción, elitismo, pobreza, represión, violencia, precariedad de lo público, entre otros) difundidos mediantes formas autoritarias y excluyentes de relación que cada vez afectan a más sectores de la población y se extienden a más ámbitos de la vida. El genocidio social que Europa vive es testigo de ello: gente que se suicida, gente que pierde sus casas, gente que pasa hambre, gente excluida de la sanidad, etc. El fascismo es la transformación deliberada de vidas humanas en material desechable. El neoliberalismo, en este sentido, es una forma de fascismo cuyo fin es deshumanizar, oprimir e incluso, como dice Pere Casaldàliga, “asesinar o hacer desaparecer” a sus víctimas y adversarios. (Antoni Aguilló, Fascismo electoral: la “democracia” que no se atreve a decir su nombrePúblico, 1 de marzo de 2014).

Curiosamente, la definición de fascismo que se hace (destacada en negrita) es tan genérica que puede ser equiparable a la que hace el cristianismo de "pecado" (particularmente, los pro-vida de "aborto", pero extensible a cualquier negación de la "trascendencia" por el "materialismo"), a la que hace el marxismo de "plusvalía" o la que hace Hannah Arendt de "totalitarismo".

Leonardo Sciascia
 https://elpais.com/diario/1988/01/31/opinion/570582012_850215.html

Huey Long y Sinclair Lewis, en los años treinta, ya anticiparon de distinta forma que el verdadero fascismo en los Estados Unidos paradójicamente adoptaría la forma de “anti-fascismo” (hoy se podría generalizar tal curioso fenómeno para todas las sociedades occidentales). Manuel pastor https://lacritica.eu/movil/noticia/617/manuel-pastor/los-populismos-y-el-ur-fascismo-umberto-eco.html

https://es.wikipedia.org/wiki/Fascismo
https://es.wikipedia.org/wiki/Fascista_(adjetivo)
¿Qué es el fascismo y en qué se diferencia de la extrema derecha? BBC News Mundo 25 abril 2019
100 años del nacimiento del fascismo: "Hoy el peligro es que la democracia puede convertirse en una forma de represión con el consentimiento popular" . Entrevista a Emilio Gentile, BBC, 23 de marzo de 2019

La diferencia entre el fascismo italiano y los demás fascismos puede ser muy evidente, pero desde una identidad común. El nazismo alemán puede entenderse como un totalitarismo centrado en la raza (o el pueblo Volk, o "la sangre y la tierra"), mientras que el fascismo italiano lo estaba en el Estado. También en características idiosincráticas ("el nazismo es cuestión de fe, el fascismo es cuestión de cinismo", oí en una conferencia que citaba a un intelectual italiano de los años treinta o cuarenta que debía explicar esa diferencia a intelectuales españoles). El fascismo español se ha calificado de "fascismo clerical", por la identificación con el catolicismo, mientras que el italiano o el alemán se distancian de la retórica religiosa.

Roger Griffin: "La extrema derecha es hoy más peligrosa que el fascismo porque juega con las reglas del sistema" - El historiador y experto en fascismo diferencia entre los partidos ultra nacionalistas y los fascistas: "los primeros son una infección degenerativa para la democracia y los segundos directamente un ataque al corazón" (El Periódico de España, 29 de octubre de 2023) [ver extenso en Espectro político]

Véase Fascismo español, Espectro político, Nacionalismo, Totalitarismo