viernes, 13 de mayo de 2022

Cuántos crímenes se cometen en tu nombre

Libertad / Hombre libre / Yeoman / Free-born englishman / Derechos y libertades / Derechos / Derechos civiles y políticos / Derechos humanos / Derechos sociales / Derechos individuales / Derechos colectivos/ Derechos de primera generación / Derechos de segunda generación / Derechos de tercera generación / Derechos negativos / Derechos positivos / Derechos naturales / Iusnaturalismo / Iuspositivismo / Contractualismo / Derechos de los animales / Animalismo / Derechos de los grandes simios / Especismo / Derechos y obligaciones / Derechos y deberes / Obligación / Deber



Oh, libertad, cuántos crímenes se cometen en tu nombre (Madame Roland, 1793).
What signify a few lives lost in a century or two? The tree of liberty must be refreshed from time to time with the blood of patriots and tyrants. It is it’s natural manure. (Thomas Jefferson, 1787) [¿Qué significan unas pocas vidas perdidas en un siglo o dos? El árbol de la libertad debe regarse de tiempo en tiempo con sangre de patriotas y tiranos. Es su abono natural.]

Todo lo que no sea expresamente obligatorio está estrictamente prohibido (lema utilizado para ridiculizar la Constitución de 1978 y pedir la abstención en el referéndum para su aprobación).

El espacio que queda entre lo obligatorio y lo prohibido es la libertad permitida; es decir, los derechos. Empujar los límites de la libertad puede definirse como "tomarse libertades" o como "conquistar derechos". Cuando esos derechos consisten en "dejar hacer" son derechos negativos (libertad religiosa e ideológica, libertad de expresión y manifestación, derecho al voto en elecciones libres, libertad de movimientos, libertad de empresa en un mercado libre...) que coinciden con los derechos civiles y políticos o "de primera generación"; cuando consisten en la capacidad de reclamar "algo que se nos debe" son derechos positivos (derecho a la salud, a la educación, a la jubilación, a la vivienda...) que coinciden con los derechos sociales y económicos o "de segunda generación". En realidad, no hay oposición entre ambos tipos de derechos si se entienden como derechos universales o derechos humanos, por cuanto se derivan de la dignidad humana. La dignidad es lo que se nos debe por ser quienes somos; la dignidad humana, lo que se debe a todo ser humano (cosa que no todos entienden de la misma forma, comenzando por la vida, la sexualidad y la reproducción -aborto, eutanasia, pena de muerte, edad y forma del consentimiento, relaciones pre y extramatrimoniales, divorcio, homosexualidad, transexualidad, género, gestación subrogada-). Como la dignidad humana nos iguala a todos, los derechos y libertades han de ser iguales para todos; si no, tales derechos o libertades son en realidad privilegios. No obstante, el campo de los derechos es más complejo: también se definen derechos no individuales sino colectivos (derecho de huelga, derecho de autodeterminación de los pueblos) o generaciones sucesivas de derechos (tercera, cuarta, quinta), que incluyen derechos medioambiantales (en alguna formulación se incluye como sujeto de derechos a los animales -como "seres sintientes"- e incluso a los ecosistemas).

Si existen los derechos (la libertad permitida) es porque existe la obligación de consentir su ejercicio. ¿Quién tiene esa obligación? Todos la tenemos, y también la tenemos "entre todos", es decir, la tiene la sociedad y el Estado; y la tiene cada grupo social con los demás. Los derechos pueden colisionar y negarse entre sí (mi libertad termina cuando interfiere con la libertad de otro), generando conflictos cuya resolución solo puede confiarse al ejercicio práctico y prudente de los poderes políticos; que se legitiman si son aceptados por el consenso de los gobernados (principalmente por aceptar su origen y haber contribuido a su formación, pero también por el resultado de su ejercicio). Es inevitable un mayor o menor grado de tolerancia hacia comportamientos diferentes, es decir, el consentimiento de situaciones no óptimas para algunos e incluso para la mayoría; y también de males menores que permiten bienes mayores o evitan mayores males.

¿Por qué es un valor la libertad, es decir, poder comportarse de manera diferente? ¿No deberíamos comportarnos siempre bien? ¿No deberíamos siempre comportarnos de una única manera, porque sólo hay una única manera correcta?
Incluso habiendo varias maneras posibles de comportarse ¿estamos determinados para comportarnos de una manera por ser quienes somos?

Homer Simpson entre dos opciones, cargadas moralmente. Decidirse, elegir, le convertirá en una u otra "persona", es decir, le hace responsable. Su responsabilidad ¿queda mitigada si en realidad no elige por sí mismo, sino por adherirse a la decisión que se espera de él en función de su identidad? Pero ¿tiene capacidad de elegir su identidad? Mejor aún ¿puede construir su identidad en función de las elecciones que deberá hacer? ¿Qué quiere ser? ¿Un buen padre, un buen marido, un buen trabajador, un buen cliente del bar...?
¿O quiere ser Homer Simpson? Pero ¿acaso sabe quién es antes de decidirse?
Don Quijote creía que sí lo sabía: "Yo sé quién soy, y sé que puedo ser, no solo los que he dicho, sino todos los Doce Pares de Francia, y aun todos los nueve de la Fama, pues a todas las hazañas que ellos todos juntos y cada uno por sí hicieron se aventajarán las mías".







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La perspectiva cristiana de la libertad es la que la identifica con la capacidad moral de la naturaleza humana: el libre albedrío nos permite obrar bien o mal; la libertad es nuestra capacidad de elegir el bien, pues elegir el mal nos esclaviza al pecado, haciéndonos perder nuestra libertad. Así pues, la capacidad de elección es en realidad una falacia: no hay opción entre distintas opciones indiferentes, sino la opción de Sócrates y Gorgias entre "sufrir la injusticia o cometerla" (en un "mundo" que es injusto por naturaleza, porque es un "enemigo del hombre"). El hombre es la única criatura de Dios que es libre, y por tanto puede salvarse: ni ángeles ni demonios lo son (el demonio tienta a Cristo, y es éste el que opta libremente por su sacrificio, el ángel ofrece la Encarnación del Verbo a la Virgen, y esta da libremente su "hágase"). Incluso el esclavo es en realidad libre, porque en su alma no tiene dominio su propietario, que solo puede limitarle las decisiones corporales. Todos tenemos límites corporales, en mayor o menor grado, según nuestra condición física, mental o social, y el grado de nuestra responsabilidad queda por tanto limitado a las decisiones libres que podamos tomar.

La perspectiva liberal de la libertad aparece en la Teoría de los sentimientos morales de Adam Smith: el hombre busca el placer y evita el dolor. En el mercado libre se guía por su egoísmo particular, eligiendo entre una gama ilimitada de placeres, como seleccionando en los estantes de un supermercado entre la gama ilimitada de productos. Si todos los agentes se enfrentan libremente a la libre competencia de un mercado perfecto, con igualdad de información, la mano invisible lleva a la mejor asignación posible de los recursos, y todos quedan satisfechos. La clave es que la elección se hace libremente entre opciones indiferentes moralmente.

El progresismo recarga moralmente las opciones: no es indiferente la elección, sólo es moral un "consumo responsable" y un "comercio justo" social y medioambientalmente.

La posmodernidad disuelve ("deconstruye") la identidad, convirtiéndola en una autonomía fluída, una adscripción a diferentes grupos entre los cuales la comunicación se dificulta al negar la posibilidad del diálogo en un lenguaje común, puesto que solo hay "relatos" competitivos que pretenden imponerse en la "conversación", de la que se puede expulsar y "cancelar" a alguno. Paradójicamente, partiendo de la negación de la normatividad se llega a imponer la corrección política y el pensamiento único (o sea, a la negación de la libertad). El contenido del discurso no importa, sino quién lo emite ("Yo sí te creo, hermana").

Benjamin Constant opuso la "libertad de los antiguos" (una libertad colectiva, la de la polis griega, que no otorga más derecho que el de la participación política) a la "libertad de los modernos" (una libertad individual, entendida como derechos frente a la autoridad). Desde finales del siglo XX ¿se está formulando una "libertad de los posmodernos"? (una libertad deconstruida, entendida como identidad). Si la libertad de los antiguos es la capacidad de someternos solo al deber público, la libertad de los modernos es que nadie nos impida la búsqueda de la felicidad, y la libertad de los posmodernos es el orgullo de ser quien quieras ser.

La libertad consiste en elegir quiénes somos (Francesc de Carreras, ¿De dónde soy? (entrevista en El Correo por un artículo premiado, 2013).

"Las definiciones francesas de libertad abarcaban desde un «poder hacer lo que se debe querer» [Montesquieu] hasta el disciplinario «obedecer a la ley autoprescrita» [Rousseau], desembocando finalmente en la libertad «moderna» recién sugerida por Constant." (Escohotado, Los enemigos del comercio II, pg. 173)

Las definiciones anglosajonas de libertad tienen que ver más con el mito medieval del "inglés libre de nacimiento" (free born englisman) que entiende cualquier poder coactivo como una imposición extranjera (vikingos, franceses, españoles) ajena a su condición insular. La casa de un hombre es su castillo, y nadie puede decirle lo que ha de hacer en ella. El modelo ideal de hombre libre es el yeoman que tiene suficientes tierras como para mantenerse a sí mismo.
 
La formación de Estados Unidos se realiza por los founding fathers en una mezcla de la tradición inglesa con la filosofía de la Ilustración francesa. En su texto político fundacional (la Declaración de Independencia de 1776) se proclama como verdad evidente que el origen común de la humanidad dota a todos los hombres de derechos inalienables: "la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad". Posteriormente se redactó la Constitución, que no incluyó propiamente un reconocimiento de derechos hasta las primeras enmiendas (conocidas como Bill of Rights). Hasta cierto punto, el pretendido "excepcionalismo americano" percibe las formulaciones de derechos que se producen en otros países (no solo los "derechos del hombre y del ciudadano" de la Revolución Francesa -1789- sino incluso la Declaración Universal de los Derechos Humanos por las Naciones Unidas -1948-, que sí afecta jurídicamente a Estados Unidos) como algo relativamente ajeno a sus "derechos civiles", que tendrían una base no tanto iusnaturalista como contractualista, y por tanto una validez interna y no externa. 

Daniel Innerarity: “La libertad de la derecha es la no interferencia, la de la izquierda, la ausencia de dominación” - El filósofo aboga en la FIL de Guadalajara [México] por convencer a los acomodados de que un sólido Estado de bienestar también les beneficia a ellos (artículo de Carmen Morán, El País, 29 de noviembre de 2023): "La pandemia ha sido un campo fértil para la creación literaria en todos sus géneros, también para el pensamiento filosófico que vuelca con soltura divulgativa Daniel Innerarity en sus libros. El último aborda el tema de la libertad, ahí es nada. Y la observación de su pueblo, en Navarra, alimentó una de sus reflexiones: los conservadores, los más pudientes, eran más reacios a ponerse la mascarilla, a dejar de ir al bar, a enclaustrarse en la casa como les obligaban las autoridades. Los de izquierda parecían más obedientes, más proclives a acatar las órdenes, a protegerse sin rechistar como les pedían. No es una cuestión de carácter, viene a decir el filósofo, invitado en la...
Ver la misma idea en el libro de Francisco Herreros Vázquez, La ideología y la práctica. La diferencia de valores entre izquierda y derecha (Fundación Alternativas, 2011 -prólogo de Ludolfo Paramio): "En los últimos doscientos años, la tradición intelectual de la izquierda ha defendido la libertad (como ausencia de dominación), la igualdad y la comunidad. En la derecha, el liberalismo y el conservadurismo, en principio enfrentados, han encontrado mutuo acomodo a lo largo del siglo XX al definir la libertad como ausencia de interferencia y justificar ideas como la autoridad, la tradición o la desigualdad natural del hombre. Valores que pueden ser, en ocasiones, contradictorios entre sí, como la libertad y la comunidad en el caso de la izquierda, o la tolerancia y la homogeneidad cultural perseguidas por el pensamiento conservador. Además de reflexionar sobre estas cuestiones, Francisco Herreros indaga en las complejas relaciones de la izquierda con la democracia y la igualdad, señala las diferencias entre el liberalismo y el conservadurismo, y analiza hasta qué punto los valores de cada tradición intelectual se reflejan en las preferencias de los ciudadanos contemporáneos que se autoproclaman de izquierdas y de derechas."


Juan Luis Arsuaga:
“Yo soy yo y mi Biosfera, y si no salvo la Biosfera no me salvo yo”
Fuente: UMC


https://www.climatica.lamarea.com/corine-pelluchon-carne-humanos/
https://www.elespanol.com/el-cultural/letras/20220523/corine-pelluchon-juan-luis-arsuaga-dialogo-reparar/674682869_0.html

Para elecciones, ver Elecciones.
Para responsabilidad, ver Conflicto
Para prioridades políticas, ver Conflicto ("gobernar es priorizar")
Para derechos de los animales, véase también Psicología y política

Véase también Derecho, Constitución, Civilización-Buen salvaje, Derecho a llevar armas, Filología y política-Asamblea, Ciudadanía, Liberalismo, Identidad, Ética y política, Conflicto-Control-Responsabilidad

Libertad de conciencia / Libertad religiosa
Véase también Religión y política

Libertad de expresión

Libertad de prensa  > Información-Medios de comunicación

Libertad de reunión y manifestación
Véase también Filología y política-Mitin

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