viernes, 29 de julio de 2022

Conflicto/Consenso

Conflicto / Consenso / Consenso social / Consenso manufacturado / Disenso / Disidencia / Discrepancia / Oposición / Adversario / Inconformismo / Antisistema / Decisión / Derecho a decidir / Demanda / Presión / Influencia / Lobby / Grupo de presión / Grupo de interés / Propuesta / Opinión / Alternativa / Postura / Equidistancia / Opción / Prioridad / Priorizar / Dirección / Impulso / Control / Docimasia / Confianza / Desconfianza / Responsabilidad / Dimisión / Cese / Nombramiento / Control de daños / Gestión de Riesgo / Toma de decisiones / Colaboración / Competencia / Placer-Dolor / Vicio-Virtud / Hedonismo / Estado de naturaleza


El que no está contra nosotros, está con nosotros. (Marcos 9:40)
El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama. (Lucas 11:23)

La actuación del sistema político puede definirse como la gestión de los conflictos que surgen de forma inevitable en el seno del "cuerpo social" o sociedad (se defina esta como conjunto de individuos o como grupos sometidos a identidad). Por otro lado, el poder se ejerce siempre en términos de consenso, sea este (el consenso) una aceptación generalizada de la legitimidad de aquél (el poder) o un simple reconocimiento de los hechos (se sabe quién manda aunque sólo sea porque se sabe contra quién hay que rebelarse).

La naturaleza competitiva o colaborativa del ser humano ha sido uno de los objetos de debate de la ciencia política, siendo Hobbes y Rousseau extremos opuestos en esa consideración. Para Rousseau el hombre es bueno por naturaleza, y es la sociedad la que le malea y pervierte. Para Hobbes, el estado de naturaleza es la lucha de todos contra todos, y sólo la vida en sociedad consigue proporcionar una cierta seguridad, al establecer el monopolio de la violencia en el poder coactivo del Estado.

En realidad la frase homo homini lupus ("el hombre es un lobo para el hombre") no es original de Hobbes, sino de Plauto, y el inglés la utiliza en contraste con una opuesta de Séneca : To speak impartially, both sayings are very true; That Man to Man is a kind of God; and that Man to Man is an arrant Wolfe. The first is true, if we compare Citizens amongst themselves; and the second, if we compare Cities ("Para hablar imparcialmente, ambos dichos son ciertos; que el hombre es una suerte de Dios para el hombre; y que el hombre es un puro lobo para el hombre. El primero es cierto, si comparamos ciudadanos entre sí; y el segundo, si comparamos ciudades" -Hobbes, De Cive, 1651-). La frase de Séneca es homo, sacra res homini ("el hombre es cosa sagrada para el hombre", en Epistulae morales ad Lucilium, XCV, 33).

La visión positiva de la competencia pertenece al liberalismo de Adam Smith (Teoría de los sentimientos morales, 1759, La riqueza de las naciones 1776), que desde el hedonismo plantea cómo se obtiene el mayor bien general mediante el equilibrio espontáneo de los egoísmos particulares.

La teoría de juegos (dilema del prisionero, dilema del viajero) sigue planteando casos similares.

La diferenciación de las formas de gobierno en la teoría política clásica, desde Platón y Aristóteles hasta Montesquieu, exige distintos principios para cada una de ellas, siendo la virtud el principio de la democracia (mientras que la aristocracia es la moderación y el de la monarquía el honor).
 http://www.alcoberro.info/planes/montesquieu.htm

José Antonio Marina, Hábitos cívicos - Sugiero a la ministra que en vez de defender una asignatura de 'valores cívicos', tenga el valor de proponer una asignatura de 'virtudes cívicas',El Confidendial, 3 de julio de 2018

El hombre no tiene naturaleza, tiene historia (Ortega y Gasset).

Debate nature-nurture (naturaleza o ambiente), artículo Las raíces de la negación, de Juan Ignacio Pérez en Vozpopuli, 17 de agosto de 2017.

El mundo tiene un problema de líderes. Hay demasiados que son ladrones, ineptos o irresponsables. Algunos están locos. Muchos combinan todos estos defectos. Pero también tenemos un problema de seguidores. En todas partes, las democracias están siendo sacudidas por los votos de ciudadanos indolentes, desinformados o de una ingenuidad solo superada por su irresponsabilidad. ... Por supuesto que hay que esforzarse en buscar mejores líderes. Pero también hay que mejorar la calidad de los seguidores. Ciudadanos mal informados o políticamente apáticos los ha habido siempre. Al igual que aquellos que no saben por quién están votando —o contra quién—. Pero ahora las cosas han cambiado y los votos de los indolentes, los desinformados y los confundidos nos amenazan a todos. ... En Internet todos somos vulnerables, pero lo son más quienes por estar muy ocupados o por simple apatía no hacen mayor esfuerzo por comprobar si es verdad lo que dicen los seductores mensajes políticos que les llegan. ... En el polo opuesto están los activistas, cuyas posiciones intransigentes hacen más rígida la política. Quienes están muy seguros de lo que creen encuentran en la Red refugios digitales donde solo interactúan con quienes comparten sus prejuicios y donde solo circula la información que refuerza sus creencias. Más aún, las redes sociales como Twitter, Instagram y otras obligan a usar mensajes muy breves —los famosos 140 caracteres de Twitter, por ejemplo—. Esta brevedad favorece el extremismo, ya que cuanto más corto sea el mensaje, más radical debe ser para que circule mucho. ... Naturalmente, esto favorece a los sectarios y hace más difícil llegar a acuerdos. (Moisés Naím, Peor que los malos líderes son los malos seguidores - Es necesario disminuir la impunidad de quienes socavan nuestras democracias, El País, 22 de octubre de 2017).

Hace falta mucho amor por el intelecto de un hijo, mucha entereza y mucha confianza en su carácter para convertirlo en disidente. Cuando un padre muestra a un hijo la verdad de una biblioteca, está creando un insurgente: un rebelde ante un sistema que, precisamente, desprecia las bibliotecas. Y es curioso considerar cómo han cambiado las cosas en torno a la palabra disidente. Serlo antes era enfrentarse al sistema. Un disidente luchaba contra lo establecido, y por eso era un peligro para el ambiente social cuyas reglas no compartía. Una amenaza. Ahora es al revés: en esta falsa individualidad multiplicada por millones en las redes sociales, donde todo el mundo coincide en considerarse disidente de algo, quien de verdad destaca es el que discute los lugares comunes convertidos hoy en norma social universal, cada vez más sólida entre quienes creen jugar solos en su propio campo, que en realidad es asombrosamente idéntico al del vecino.
Ésa es la paradoja. La sociedad actual, el sistema construido con la suma de millones de teóricas disidencias, asfixia al actual y verdadero disidente. Gracias a las redes sociales, esa represión se ejecuta masiva y en tiempo real. Y así, quien actúa fuera del grupo se ve reprimido e infectado por las analfabetas simplezas con que hoy se construyen las ideologías. Antes, un disidente era un héroe social: alguien a quien se admiraba e imitaba. El sistema establecido le tenía miedo, pues detectaba ahí el virus de la revolución. Hoy, un chico ajeno al sistema sólo es un apestado, un marginal sin futuro. Nadie lo teme, pues ya no hay victoria posible. Únicamente lo desprecian. En el colegio, profesores y compañeros lo aíslan porque si se cuestiona el discurso oficial, si razona, si discute, es en agraz un fascista, un machista, un maltratador, un xenófobo, un asocial. Su hijo o su hija, dicen a los padres, razona con excesiva insolencia, levanta mucho la mano, no se integra en el equipo. No piensa según las reglas impuestas por millones de idiotas que se consideran libres porque creen haber triturado las viejas reglas sin advertir que ellos mismos son la regla nueva. Cuando la disidencia se hace sistema, nadie admira al que todavía la practica. En un mundo donde hasta el más menguado cree disentir de algo, y eso es precisamente lo que iguala y masifica hoy a tanto borrego, el verdadero rebelde, el agitador, no tiene ya ninguna posibilidad. No le queda otra que, fiel a sí mismo, echarse al monte como aquellos antiguos bandoleros que acababan vendiendo cara la piel entre montes y breñas, acosados como lobos por la Guardia Civil. ¿Y qué padre desea eso para sus hijos? (Arturo Pérez-Reverte, No es tiempo de héroes , Patente de corso, XL Semanal, 08/05/2021)

En "identidad" meto una referencia a la "percepción de control"

Véase también Sociedad, Poder, Estado, Violencia, Economía y política, Valores, Sexualidad y poltítica-Virilidad, Historia y política, Fin y medios-Maquiavelo, Ética y política, Colaboracionismo, Psicología y política, Soberanía-Referéndum

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