El nacimiento de Venus, Botticelli.
¿Cómo nació el amor? Desnuda surgió (Afrodita) de la espuma del mar, que el tiempo (Cronos) había provocado al cortar la masculinidad de su padre celestial (Urano).
Al vestirse de ricas telas, el amor se "profana".
Al desnudarse, el amor triunfa sobre toda razón: la razón lógica (Atenea) y la razón política (Hera).
La sabiduría y el poder se cubren con vistosos oropeles (al menos, así lo hacen las instituciones que se reivindican suyos)¿por qué?
Porque no lo son tanto, porque temen ser en realidad ignorantes y débiles, y recurren a disfraces. De hecho, porque ignorancia y debilidad nos interpretan el mundo (nos proporcionan la conveniente "conciencia falsa"), nos aconsejan, nos gobiernan y deciden por nosotros. Si se presentaran ante nosotros tal cual son, seríamos conscientes de su precariedad (cada uno de nosotros "tomaría conciencia" de su intrínseca superioridad sobre tal pseudo-poder y tal pseudo-sabiduría), y no consentiríamos pacíficamente su imposición (se destruiría el consenso).Tal cosa hizo el niño que gritó "El emperador está desnudo" y el furrier del "Retablo de las Maravillas". Tal cosa hacemos individualmente, en nuestro desarrollo ontogenético, cuando alcanzamos la edad adulta (y la humanidad -o al menos Occidente- hizo en el siglo XVIII, según la definición de Ilustración para Kant -mayoría de edad, o más bien "salida del hombre de su culpable minoría de edad"-); en nuestro desarrollo psicológico cuando matamos a nuestro padre para acostarnos con nuestra madre (Edipo-Freud); en nuestro desarrollo intelectual cuando matamos a nuestro maestro al encontrarlo en nuestro camino (Buda-Tao-místicos). No todos alcanzan tal madurez, o no en todos los aspectos de su personalidad; y tampoco todas las sociedades (quizá la nuestra está en una prolongada adolescencia). Los que la alcanzan, no obtienen la felicidad o el placer, sino la responsabilidad, y con ella posiblemente el dolor; por eso precisamente pueden también disfrutar con plenitud del amor. Rebelémonos contra los falsos poderosos y los falsos sabios, pero de forma madura. Hagámoslo con amor, porque "si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy" (Pablo).
Joseph Barcia y Zambrana, Amor político y amor cristiano
José Varela Ortega, Los amigos políticos, partidos, elecciones y caciquismo en la Restauración
Véase Alianza, Colaboración-Competencia, Valores, Sociedad-Asociación, Realismo-Idealismo, Verdad
Amor sacro y Amor profano, Tiziano.
Al vestirse de ricas telas, el amor se "profana".
El juicio de Paris, François Xavier Fabre.
Al desnudarse, el amor triunfa sobre toda razón: la razón lógica (Atenea) y la razón política (Hera).
La sabiduría y el poder se cubren con vistosos oropeles (al menos, así lo hacen las instituciones que se reivindican suyos)¿por qué?
Porque no lo son tanto, porque temen ser en realidad ignorantes y débiles, y recurren a disfraces. De hecho, porque ignorancia y debilidad nos interpretan el mundo (nos proporcionan la conveniente "conciencia falsa"), nos aconsejan, nos gobiernan y deciden por nosotros. Si se presentaran ante nosotros tal cual son, seríamos conscientes de su precariedad (cada uno de nosotros "tomaría conciencia" de su intrínseca superioridad sobre tal pseudo-poder y tal pseudo-sabiduría), y no consentiríamos pacíficamente su imposición (se destruiría el consenso).Tal cosa hizo el niño que gritó "El emperador está desnudo" y el furrier del "Retablo de las Maravillas". Tal cosa hacemos individualmente, en nuestro desarrollo ontogenético, cuando alcanzamos la edad adulta (y la humanidad -o al menos Occidente- hizo en el siglo XVIII, según la definición de Ilustración para Kant -mayoría de edad, o más bien "salida del hombre de su culpable minoría de edad"-); en nuestro desarrollo psicológico cuando matamos a nuestro padre para acostarnos con nuestra madre (Edipo-Freud); en nuestro desarrollo intelectual cuando matamos a nuestro maestro al encontrarlo en nuestro camino (Buda-Tao-místicos). No todos alcanzan tal madurez, o no en todos los aspectos de su personalidad; y tampoco todas las sociedades (quizá la nuestra está en una prolongada adolescencia). Los que la alcanzan, no obtienen la felicidad o el placer, sino la responsabilidad, y con ella posiblemente el dolor; por eso precisamente pueden también disfrutar con plenitud del amor. Rebelémonos contra los falsos poderosos y los falsos sabios, pero de forma madura. Hagámoslo con amor, porque "si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy" (Pablo).
Amor vincit omnia, Caravaggio.
Joseph Barcia y Zambrana, Amor político y amor cristiano
José Varela Ortega, Los amigos políticos, partidos, elecciones y caciquismo en la Restauración
Véase Alianza, Colaboración-Competencia, Valores, Sociedad-Asociación, Realismo-Idealismo, Verdad
de: Santiago Blanco del Olmo
ResponderEliminarenviado: Thu Dec 20 2012 22:14:50 GMT+0100 (Hora estándar romance)
para:
Ángel Luis Alfaro
Ángel Luis, te ha salido un artículo redondo. Me gusta especialmente la oportunidad de los cuadros que lo ilustran, y es que no hay como una Venus desnuda para captar la beneuolentiam del lector. Pero como sería muy fácil decirte: ¡muy bien, gracias!, pues me voy a leerlo otra vez por ver si puedo poner algún pero a tan bello articulillo; de momento, y te lo puedes imaginar, la cita de san Pablo con que rubricas el escrito no es de mi gusto, pero es posible que sea por prejuicio.
Bueno, ya está, pero debo advertirte que aunque leí los entremeses de Cervantes en su día y tengo un ejemplar en Medranda, se me ha olvidado el retablo de las maravillas y no conozco la cita exacta.
El nacimiento de Venus que tú has empleado porque te venía al pelo con el cuadro de Sandro es sólo uno de los dos posibles, pues el otro hacía a Citerea hija de Dione, curiosamente Virgilio en su Eneida mezcla ambas tradiciones. Pero esto es mero prurito de filólogo, tienes derecho a hacerlo si te viene en gana, y punto.
Al grano, como me decías en el insti, el cuadro de Fabre te da la clave del artículo, pues dibuja a la Chipriota desnuda frente a las indumentarias pomposas y protocolarias de sus oponentes, a quienes conviertes en un abrir y cerrar de ojos en dos alegorías, mal este que arraiga fuerte en la Antigüedad tardía y se robustece con los cristianos. Sin embargo se te olvida un detalle relevante, desde mi punto de vista, del susodicho cuadro del gabacho: la panoplia de Palas. Y es que un pueblo maduro nunca cambió nada
políticamente hablando, los cambios los hicieron siempre minorías organizadas, así resulta de una ingenuidad digna de Candide pensar que los oropeles de las indumentarias de las "razones lógica y política" (¡que las diosas me perdonen!) inhiben al pueblo y lo mantienen sosegado e inerte. La lanza, coño, la lanza; la lanza y sólo la lanza.
Lo de Kant, sinceramente, me parece hybris, lo del de Tarso me molesta porque yo creo que sé lo que es el amor, pero vete tú a saber qué quería decir el perseguidor de los cristianos.
Ya termino. Yo creo que el puto de Caravaggio se sonríe al final de tu artículo porque piensa igual que yo, es decir, que a la lanza con lanza.
Estimado Alfaro, paisano, no tengas en cuenta estas palabras cuyo solo fin es tocar los cojones y sigue enviándome estos escritos "dulcia, Iuppiter, et laboriosa" nacidos de tu caletre, que son más bellos y rigurosos de lo que mi pobre entendimiento es capaz de discernir.
Saludos
"La lanza, coño, la lanza; la lanza y sólo la lanza ... a la lanza con lanza". Mucho ardor guerrero retiene nuestro linotipista. O mucho de "Lanza" (apellido de tu predecesor) queda en el Departamento. Hinquemos, pues.
ResponderEliminarEl Estado es quien reivindica el monopolio de la violencia; aunque no todas las sociedades civilizadas se organizan así: concretamente los Estados Unidos reconocen a los civiles el derecho a mantenerse armados, para oponerse a la tiranía (cosa de triste actualidad -NRA "from my cold, dead, hands", parar el arma del "bad guy" con el arma de un "good guy", etc.) No estaría de más ampliar el artículo con una reflexión en torno a cuál es la "concordia oppositorum" entre Amor y Guerra (de hecho, tengo iniciado en Wikipedia "Venus y Marte").
Pero lo que tiene más sentido aquí es rebatir tu afirmación de que es es la coerción física, las armas, las que "inhiben al pueblo y lo mantienen sosegado e inerte". No. El consenso social (un término mucho más activo) se logra mucho más eficazmente gracias a un poderoso mecanismo: la ideología. Función de la ideología dominante es mantenerlo, y función de las ideologías alternativas subvertirlo. Para ello han de sacar a la verdad desnuda de su pozo, y hacer que la luz resplandezca en su espejo, deslumbrándonos, haciéndonos "tomar conciencia". Como es obvio, la destrucción del antiguo consenso inevitablemente lleva a la construcción de un nuevo consenso social alternativo, con su propia "conciencia falsa" de la realidad.
Amueblemos la casa con citas que ilustran que la violencia, si bien es necesaria, no es suficiente para explicar el poder:
* Las revoluciones pueden hacerse con el ejército o sin el ejército, pero nunca contra el ejército. Lenin (cuyo concepto de "vanguardia revolucionaria" no es muy distinto de tu "los cambios los hicieron siempre minorías organizadas").
* Con las bayonetas puede hacerse todo, excepto sentarse sobre ellas. Marx (que a su vez cita a Tayllerand en conversación con Napoleón).
* Más moscas se atrapan con miel que con hiel, pero si te haces de miel comérsete han las moscas. Popular (bien podrían haber salido de boca de Sancho Panza).